domingo, 25 de septiembre de 2011

HARTO DE TODO

Harto de todo

Qué día mas raro tengo hoy, me encuentro en una situación que no es la normal. No tengo ganas de escribir, ni de hablar, ni casi de respirar. Esta laxitud que se ha apoderado de mi cuerpo y de mi mente no me permite ni el poder disfrutar de este día que, en otros momentos, consideraría es hermoso. Ahora, pese a este sol brillante, lo encuentro gris, triste, apagado.
Estoy sentado en un rincón de mi aposento. No he comido, tampoco tengo apetito, no he enchufado la tele, ¿para qué? si sólo dan desgracias y no creo que en mi situación sea lo más aconsejable.
Han llamado a la puerta y no he acudido a la llamada, seguramente será algún vecino pesado o algún vendedor de estos de la compañía de electricidad que siempre vienen que pagaré mucho menos y al final se acaba pagando mucho más. Bueno y ¿qué importa esto si al fin y al cabo tampoco puedo guardar dinero con esta porquería de crisis que estamos padeciendo? Claro está, las clases obreras, no los altos dignatarios del país. A estos no les importa. Muchas reuniones sólo para gastar el dinero del contribuyente, si por lo menos sirvieran para algo estos encuentros y solucionaran algo...
Realmente es una porquería esta vida. Si, ya sé que algunos la pueden encontrar muy bonita y hasta cariñosa, será porque su manera de pensar, si es que piensan, es muy diferente a la mía. No los culpo, cada uno es feliz a su manera o no saben ver las realidades. En fin, ¿a mi qué me importa lo que piensen o digan? ¿quién soy yo para criticarlos o poner en tela de juicio su proceder?
Dicen que existe la libertad de expresión, me rio de esta libertad, lo que existe es un libertinaje: se han perdido las buenas costumbres. Ya sé que esto suena a antiguo y que muchos pensarán que estoy viviendo en el siglo pasado. Pues muy bien, me gusta o me gustaba vivir esta época. Ellos viven a su manera si les gusta, allá ellos, sigo diciendo qué me importa todo esto.
Se ha hecho de noche en un momento, sólo faltaba esta oscuridad . Sí, ya sé que podría encender la luz pero, ¿para qué si estoy solo y no tengo ni ganas ni deseos de levantarme? No es que me encuentre mejor así, pero tampoco peor, sólo parece que así en esta semi oscuridad, me estoy calmando. Será pasajero, quizás lo mejor que podría hacer es tomarme unas cuantas pastillas y acabar para siempre con tanta tristeza, tanto sufrimiento, tantas penurias si ,al fin y al cabo, también en cualquier momento dejaré este podrido mundo y seguramente, no sin antes padecer alguna enfermedad o sea que, después de pasarme toda esta amarga vida luchando para conseguir algo, llegaré a mi vejez y lo único que tendré serán achaques, dolores y miseria.
Ya está decidido: voy a la farmacia a buscarme estas pastillas para dormir. Seguramente no me las darán y entonces montaré un follon de mucho cuidado. Quizás es lo que necesite así podré sacar toda esta inquietud de dentro de mí. Dicho y hecho: alla voy...

Magi balsells
Septiembre 2011

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